La obra que coordinan los profesores de la Universidad Complutense de Madrid, García Fraile y Sabán, contiene los dos ingredientes básicos en el título para hacer de su lectura un ejercicio recomendable: enseñanza basada en competencias y formación para el siglo XXI.
El reto es grande puesto que la obra, por su título, genera altas expectativas a los lectores que están preocupados y ocupados por y en los actuales menesteres educativos. Para ello, los coordinadores han escogido diferentes propuestas para armar el puzle de la formación para el siglo XXI desde la óptica de las competencias. Estas propuestas son recogidas por seis autores que ofrecen una visión abierta sobre el tema de la obra. Haremos un repaso a cada una de las propuestas para ver qué se esconde tras ellas.
El capítulo primero, presentado por Juan Antonio García Fraile, trata de las implicaciones conceptuales de las competencias. Para ello el autor escoge los tópicos que vienen siendo habituales en el análisis de las competencias: su carácter polisémico, la relación que tienen con otros conceptos, componentes y enfoques de la competencia, tipologías y tratamiento de las competencias (gestión). Finaliza la propuesta con un posicionamiento frente a la competencia. En definitiva, una visión genérica de la competencia que es síntesis inicial para su comprensión posterior en los procesos formativos.
El segundo capítulo, propuesto por Carmen Sabán Vera, aporta una visión de la universidad desde su perspectiva de educación inicial y vinculada a la formación para el empleo. El análisis de la autora es internacional y ofrece la visión de la universidad en el contexto europeo y en los principales organismos internacionales: UNESCO, OIT, OCDE. La autora nos sitúa de este modo en el contexto de la educación superior, un espacio en el que la educación y la formación basada en competencias se tornan imprescindibles en nuestro contexto global más inmediato.
La tercera propuesta es de Antonio Rial Sánchez. En ella se plantean los referentes para la planificación y el diseño de la formación para el trabajo. El contexto de trabajo con sus distintos elementos (tareas, perfiles, funciones, etc.) es el punto de partida para poder planificar la acción formativa y para, en definitiva, poder orientar la formación a las competencias profesionales.
El cuarto tema es presentado por Antonio Navío Gámez . Su propósito es vincular el concepto de competencia con la formación basada en competencias. Para ello advierte que una formación basada en competencias debe partir de una conceptualización clara y unívoca, debe vincularse a un perfil profesional claro que permita una organización de la formación acorde con las competencias del perfil y debe planificarse y programarse de acuerdo con lo inherente en las competencias. En este caso, el autor da énfasis a los aspectos metodológicos que serán la clave en el momento formativo de desarrollo, cuando el perfil toma forma en el proceso formativo.
La quinta parte está presentada por Miguel Ángel Carretero Díaz . En su propuesta introduce el apasionante tema de la calidad aplicado a la educación superior, aspecto transversal en todos los capítulos de la obra. El análisis de diferentes modelos de calidad conduce al autor a proponer la calidad para la docencia y la investigación del profesorado de educación superior, una minuciosa propuesta que será sin duda de utilidad.
Finalmente, Sergio Tobón Tobón presenta el sexto y último capítulo de la obra, que versa sobre la evaluación en función de competencias. Es sin duda el capítulo más esclarecedor de la obra por cuanto aborda de manera muy clarificadora el reto de evaluar las competencias profesionales. Propone estrategias, instrumentos, metodologías y conceptos básicos que son de utilidad a la hora de iniciar un proceso de evaluación basado en competencias.
En definitiva, una propuesta que, sin pretender ser conclusiva, presenta elementos clave sobre un actual (que no el actual) modelo de formación que tiene en las competencias su eje transversal contextual, metodológico e ideológico, con todo lo que ello implica.
Tal vez su lectura genera más sombras que luces pero, sin duda, esa es la realidad actual de la formación. Invitamos a hacer una lectura abierta y crítica de la obra.
El reto es grande puesto que la obra, por su título, genera altas expectativas a los lectores que están preocupados y ocupados por y en los actuales menesteres educativos. Para ello, los coordinadores han escogido diferentes propuestas para armar el puzle de la formación para el siglo XXI desde la óptica de las competencias. Estas propuestas son recogidas por seis autores que ofrecen una visión abierta sobre el tema de la obra. Haremos un repaso a cada una de las propuestas para ver qué se esconde tras ellas.
El capítulo primero, presentado por Juan Antonio García Fraile, trata de las implicaciones conceptuales de las competencias. Para ello el autor escoge los tópicos que vienen siendo habituales en el análisis de las competencias: su carácter polisémico, la relación que tienen con otros conceptos, componentes y enfoques de la competencia, tipologías y tratamiento de las competencias (gestión). Finaliza la propuesta con un posicionamiento frente a la competencia. En definitiva, una visión genérica de la competencia que es síntesis inicial para su comprensión posterior en los procesos formativos.
El segundo capítulo, propuesto por Carmen Sabán Vera, aporta una visión de la universidad desde su perspectiva de educación inicial y vinculada a la formación para el empleo. El análisis de la autora es internacional y ofrece la visión de la universidad en el contexto europeo y en los principales organismos internacionales: UNESCO, OIT, OCDE. La autora nos sitúa de este modo en el contexto de la educación superior, un espacio en el que la educación y la formación basada en competencias se tornan imprescindibles en nuestro contexto global más inmediato.
La tercera propuesta es de Antonio Rial Sánchez. En ella se plantean los referentes para la planificación y el diseño de la formación para el trabajo. El contexto de trabajo con sus distintos elementos (tareas, perfiles, funciones, etc.) es el punto de partida para poder planificar la acción formativa y para, en definitiva, poder orientar la formación a las competencias profesionales.
El cuarto tema es presentado por Antonio Navío Gámez . Su propósito es vincular el concepto de competencia con la formación basada en competencias. Para ello advierte que una formación basada en competencias debe partir de una conceptualización clara y unívoca, debe vincularse a un perfil profesional claro que permita una organización de la formación acorde con las competencias del perfil y debe planificarse y programarse de acuerdo con lo inherente en las competencias. En este caso, el autor da énfasis a los aspectos metodológicos que serán la clave en el momento formativo de desarrollo, cuando el perfil toma forma en el proceso formativo.
La quinta parte está presentada por Miguel Ángel Carretero Díaz . En su propuesta introduce el apasionante tema de la calidad aplicado a la educación superior, aspecto transversal en todos los capítulos de la obra. El análisis de diferentes modelos de calidad conduce al autor a proponer la calidad para la docencia y la investigación del profesorado de educación superior, una minuciosa propuesta que será sin duda de utilidad.
Finalmente, Sergio Tobón Tobón presenta el sexto y último capítulo de la obra, que versa sobre la evaluación en función de competencias. Es sin duda el capítulo más esclarecedor de la obra por cuanto aborda de manera muy clarificadora el reto de evaluar las competencias profesionales. Propone estrategias, instrumentos, metodologías y conceptos básicos que son de utilidad a la hora de iniciar un proceso de evaluación basado en competencias.
En definitiva, una propuesta que, sin pretender ser conclusiva, presenta elementos clave sobre un actual (que no el actual) modelo de formación que tiene en las competencias su eje transversal contextual, metodológico e ideológico, con todo lo que ello implica.
Tal vez su lectura genera más sombras que luces pero, sin duda, esa es la realidad actual de la formación. Invitamos a hacer una lectura abierta y crítica de la obra.
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