La palabra "Urantia" es originaria de El Libro de Urantia, y es el nombre que en él se da al planeta Tierra. "Urantiano" es así sinónimo de Terrícola. Algunas veces se utiliza este término para referirse a un lector del libro o a algún movimiento inspirado en él.
El Libro de Urantia fue publicado sin nombre de autor. Martin Gardner ha demostrado que el "recopilador" de la información plasmada en El Libro de Urantia fue el Dr. William Sadler y su familia, quien en 1923 coordinaba un grupo de ex-pacientes que se transformó en la comisión de contacto que recibió la revelación.
La "Fundación Urantia", formada a partir de este grupo de contacto, publicó El Libro de Urantia por primera vez en 1955 en Estados Unidos, en idioma inglés, y desde entonces ha sido traducido a multitud de lenguas. En el 2001 la Fundación perdió los derechos de autor de la versión inglesa por una decisión judicial, por lo que el texto original de la versión inglesa es desde entonces de dominio público. Copias completas del libro se encuentran disponibles en Internet en formato digital. La publicación, traducción y defensa del copyright de las traducciones corresponde aún a la Fundación Urantia con sede en Chicago (Illinois, Estados Unidos).
La traducción al español del año 1995 fue realizada (a diferencia de todas las otras traducciones) por una empresa de traducción de la ciudad de Nueva York que se dedicaba a traducciones comerciales. El producto de esa traducción es un texto difícil de leer, con una sintaxis no natural y con perlas negras como "diecicinco" en vez de "quince". En el año 1999 se reeditó con la parte IV retraducida por completo y con las otras tres partes retocadas para evitar errores de traducción notorios. En 2009 se publicó la edición en español europeo, totalmente retraducida del original en inglés.
En la actualidad existe una "Asociación Internacional Urantia" (AIU), una entidad destinada a coordinar los grupos de lectores alrededor del mundo. Existe además la "Fraternidad de Urantia" (Urantia Fellowship), una organización independiente de la Fundación Urantia que también fomenta el intercambio entre grupos de lectores.
Revelación
El Libro de Urantia declara ser una revelación celestial, más exactamente la quinta revelación que marca una época en la historia del planeta.
La primera revelación fue hace medio millón de años, cuando aparecieron las seis razas de color y el Príncipe Planetario Caligastia fundó una ciudad en medio oriente -llamada Dalamatia- con el propósito de ayudar a convertir al hombre de cazador a labriego. Durante trescientos mil años funcionó perfectamente, pero con la rebelión de Lucifer y la adhesión de Caligastia a su causa el plan se interrumpió y muchos de los avances sociales logrados se revirtieron por la confusión posterior.
La segunda revelación tuvo lugar hace treinta y siete mil años, cuando Adán y Eva llegaron a Urantia en una zona llamada Ehden (actualmente en el Norte del Líbano) con la misión de mejorar la calidad genética de las razas humanas a través del cruce de éstas con su progenie. Esto no llegó a concretarse porque pocos siglos después de su llegada (cuando su progenie aún no llegaba al millón de individuos) Eva cayó en el error de procrear con un humano, contraviniendo la indicación divina de que sólo su progenie podía proceder de esa manera. Este error de Eva y la decisión incondicional de Adán de acompañar a su consorte en cualquier destino que le correspondiera por su error hicieron que ambos perdieran su condición de inmortalidad y que poco más de un siglo a partir de la falta murieran de vejez.
La tercera revelación fue realizada por Maquiventa Melkisedek, que se presentó en Palestina hace unos cuatro mil años con el propósito de mantener vivo el monoteísmo (que iba en franco retroceso en todo el planeta) y pactó con Abraham que si él y su descendencia mantenían la fe en un dios monoteísta, de su pueblo nacería un enviado de las alturas.
La cuarta revelación la hizo Jesús de Nazareth con el doble propósito de revelar la personalidad de Dios al hombre actuando en cada ocasión como habría actuado Dios mismo de haber estado allí y de revelar al universo la personalidad de una criatura humana consagrada a cumplir la voluntad de Dios.
La quinta revelación es el Libro de Urantia
Contenido
Visión general
El libro se divide en un prólogo y cuatro partes:
Prólogo.
Descripción detallada de los términos y conceptos que se emplearán a lo largo del libro; algunos conceptos necesitan una definición completa por ser originarios del Libro de Urantia (p.ej.: absonito, trioidad, Majestón, etc.)
Parte I: El universo central y los superuniversos.
En esta primera parte se describe a Dios, la trinidad, las personalidades más elevadas de la administración universal, la isla del paraíso, el universo central de Havona y los superuniversos.
Parte II: El universo local.
Se describe la formación y creación del universo local y de sus habitantes, la implantación de vida, los adanes y evas planetarios, la rebelión de Lucifer.
Parte III: La historia de Urantia.
Describe la historia del planeta tierra desde antes de que se formara el sistema solar hasta la época de Jesús de Nazareth, incluye un análisis geológico, sociológico y cultural de la evolución.
Parte IV: La vida y las enseñanzas de Jesus
Relato de la vida de Jesús de Nazareth desde antes de nacer hasta después de morir, año por año. Este relato ocupa un tercio del total de páginas del libro y es la razón central del relato; las tres partes anteriores conforman el marco conceptual donde debe ser interpretada la vida de Jesús.
Contenido teológico y cosmológico
El Libro de Urantia declara la existencia de un Dios trino, personal, autoconsciente y volitivo que es creador y sostenedor del Universo y está motivado -en la relación con sus criaturas- primordialmente por el Amor (definido como "el deseo de hacer el bien a los demás"). Por ello declara que en lo que respecta a las criaturas del universo, Dios es ante todo un Padre. Si bien tiene semejanzas con el cristianismo, no es una extensión ni una escisión de él. Presenta una nueva perspectiva de los dogmas de la trinidad y la divinidad de Jesús de Nazareth pero niega rotundamente otros como la virginidad de María, su inmaculada concepción, la doctrina de la expiación, el infierno, el purgatorio y la resurrección de la carne
Describe al universo como centrado en la "Isla Eterna del Paraíso", punto focal y morada eterna de la deidad. Informa sobre la existencia de un universo central, llamado "Havona", que envuelve a la Isla del Paraíso formado por mil millones de mundos organizados en siete niveles concéntricos. Tanto el Paraíso como Havona son co-eternos con la deidad, así como todos los habitantes nativos de ese universo central, los trascendentales.
En torno a este universo central giran siete supercreaciones del tiempo y el espacio, los siete superuniversos en proceso de creación y evolución. Cada superuniverso se organiza en diez sectores mayores, cada sector mayor en cien sectores menores, cada sector menor en cien universos locales, cada universo local en cien constelaciones, cada constelación en mil sistemas locales y cada sistema a su vez es integrado por hasta mil planetas habitados. Urantia es el planeta 606 del sistema de Satania en la constelación de Norlatiadek del universo local de Nebadón. Nebadón es un universo local del sector menor de Ensa en el sector mayor Splandón en el séptimo superuniverso, Orvontón.
Los siete superuniversos son creados a imagen de una de las posibles combinaciones de la trinidad, Padre, Hijo, Espíritu, Padre-Hijo, Padre-Espíritu, Hijo-Espíritu y Padre-Hijo-Espíritu y en cada uno de ellos se desarrolla primordialmente uno de los siete propósitos de la deidad, de los cuales el libro únicamente revela el desarrollado en nuestro superuniverso: la elevación de las criaturas humanas desde el nivel material de existencia hasta el nivel espiritual. Más allá de los siete superuniversos existen los llamados niveles del espacio exterior, donde se está acumulando y organizando materia pero donde aún no hay vida. Cada nivel es notoriamente mayor que el anterior en extensión y potencialidad de materia contenida.
La elevación y espiritualización de la criatura material es el propósito primordial de nuestro superuniverso y es el tema central de la revelación de Urantia.
El Libro de Urantia sostiene que cada ser humano en este planeta cuya mente sea normal -esto es que sea capaz de decisión moral- y haya cumplido los seis años de edad, está habitado por un fragmento absoluto cualificado del Padre Universal. Dios mismo reside en la mente de cada persona compartiendo todos sus pensamientos, sentimientos, alegrías, tristezas, temores y ansiedades como guía inspiradora de la personalidad, pero actúa únicamente cuando la criatura -haciendo uso de su libre albedrío- busca esa guía. Este fragmento residente realiza una copia de toda experiencia de la criatura que sea de valor espiritual y la mantiene para que sea parte integral de la criatura al despertar tras la muerte física.
Define el pecado como la oposición consciente y volitiva a la voluntad del padre y "la voluntad del padre" es -tal como es capaz de percibirla el ser humano- la suma de los más altos ideales; por ello vivir buscando hacer la voluntad de Dios es equivalente a esforzarse por vivir cada vez más en armonía con los más altos ideales de cada uno. La remisión de los pecados debe entenderse como el restablecimiento de las relaciones leales entre la criatura y su creador.
El Libro de Urantia augura un camino muy largo de perfeccionamiento y espiritualización para transformar a la criatura material en un espíritu exaltado, más de quinientos niveles pre-espirituales y mil millones de escalas en el camino espiritual antes de alcanzar al Padre; pero una vez alcanzado la criatura material se habrá convertido en la única criatura del universo que conoce todos los posibles niveles de existencia por experiencia vivencial propia.
El libro incluye temas como historia, sociología, paleontología, arqueología, evolución y otros muchos que hacen al marco conceptual total del libro. Sostiene la existencia de una vastísima organización universal creada en gran parte para fomentar la evolución de las criaturas materiales hasta el nivel de perfección paradisíaca, basando fundamentalmente esa evolución en la experiencia personal de la criatura.
El Libro de Urantia fue publicado sin nombre de autor. Martin Gardner ha demostrado que el "recopilador" de la información plasmada en El Libro de Urantia fue el Dr. William Sadler y su familia, quien en 1923 coordinaba un grupo de ex-pacientes que se transformó en la comisión de contacto que recibió la revelación.
La "Fundación Urantia", formada a partir de este grupo de contacto, publicó El Libro de Urantia por primera vez en 1955 en Estados Unidos, en idioma inglés, y desde entonces ha sido traducido a multitud de lenguas. En el 2001 la Fundación perdió los derechos de autor de la versión inglesa por una decisión judicial, por lo que el texto original de la versión inglesa es desde entonces de dominio público. Copias completas del libro se encuentran disponibles en Internet en formato digital. La publicación, traducción y defensa del copyright de las traducciones corresponde aún a la Fundación Urantia con sede en Chicago (Illinois, Estados Unidos).
La traducción al español del año 1995 fue realizada (a diferencia de todas las otras traducciones) por una empresa de traducción de la ciudad de Nueva York que se dedicaba a traducciones comerciales. El producto de esa traducción es un texto difícil de leer, con una sintaxis no natural y con perlas negras como "diecicinco" en vez de "quince". En el año 1999 se reeditó con la parte IV retraducida por completo y con las otras tres partes retocadas para evitar errores de traducción notorios. En 2009 se publicó la edición en español europeo, totalmente retraducida del original en inglés.
En la actualidad existe una "Asociación Internacional Urantia" (AIU), una entidad destinada a coordinar los grupos de lectores alrededor del mundo. Existe además la "Fraternidad de Urantia" (Urantia Fellowship), una organización independiente de la Fundación Urantia que también fomenta el intercambio entre grupos de lectores.
Revelación
El Libro de Urantia declara ser una revelación celestial, más exactamente la quinta revelación que marca una época en la historia del planeta.
La primera revelación fue hace medio millón de años, cuando aparecieron las seis razas de color y el Príncipe Planetario Caligastia fundó una ciudad en medio oriente -llamada Dalamatia- con el propósito de ayudar a convertir al hombre de cazador a labriego. Durante trescientos mil años funcionó perfectamente, pero con la rebelión de Lucifer y la adhesión de Caligastia a su causa el plan se interrumpió y muchos de los avances sociales logrados se revirtieron por la confusión posterior.
La segunda revelación tuvo lugar hace treinta y siete mil años, cuando Adán y Eva llegaron a Urantia en una zona llamada Ehden (actualmente en el Norte del Líbano) con la misión de mejorar la calidad genética de las razas humanas a través del cruce de éstas con su progenie. Esto no llegó a concretarse porque pocos siglos después de su llegada (cuando su progenie aún no llegaba al millón de individuos) Eva cayó en el error de procrear con un humano, contraviniendo la indicación divina de que sólo su progenie podía proceder de esa manera. Este error de Eva y la decisión incondicional de Adán de acompañar a su consorte en cualquier destino que le correspondiera por su error hicieron que ambos perdieran su condición de inmortalidad y que poco más de un siglo a partir de la falta murieran de vejez.
La tercera revelación fue realizada por Maquiventa Melkisedek, que se presentó en Palestina hace unos cuatro mil años con el propósito de mantener vivo el monoteísmo (que iba en franco retroceso en todo el planeta) y pactó con Abraham que si él y su descendencia mantenían la fe en un dios monoteísta, de su pueblo nacería un enviado de las alturas.
La cuarta revelación la hizo Jesús de Nazareth con el doble propósito de revelar la personalidad de Dios al hombre actuando en cada ocasión como habría actuado Dios mismo de haber estado allí y de revelar al universo la personalidad de una criatura humana consagrada a cumplir la voluntad de Dios.
La quinta revelación es el Libro de Urantia
Contenido
Visión general
El libro se divide en un prólogo y cuatro partes:
Prólogo.
Descripción detallada de los términos y conceptos que se emplearán a lo largo del libro; algunos conceptos necesitan una definición completa por ser originarios del Libro de Urantia (p.ej.: absonito, trioidad, Majestón, etc.)
Parte I: El universo central y los superuniversos.
En esta primera parte se describe a Dios, la trinidad, las personalidades más elevadas de la administración universal, la isla del paraíso, el universo central de Havona y los superuniversos.
Parte II: El universo local.
Se describe la formación y creación del universo local y de sus habitantes, la implantación de vida, los adanes y evas planetarios, la rebelión de Lucifer.
Parte III: La historia de Urantia.
Describe la historia del planeta tierra desde antes de que se formara el sistema solar hasta la época de Jesús de Nazareth, incluye un análisis geológico, sociológico y cultural de la evolución.
Parte IV: La vida y las enseñanzas de Jesus
Relato de la vida de Jesús de Nazareth desde antes de nacer hasta después de morir, año por año. Este relato ocupa un tercio del total de páginas del libro y es la razón central del relato; las tres partes anteriores conforman el marco conceptual donde debe ser interpretada la vida de Jesús.
Contenido teológico y cosmológico
El Libro de Urantia declara la existencia de un Dios trino, personal, autoconsciente y volitivo que es creador y sostenedor del Universo y está motivado -en la relación con sus criaturas- primordialmente por el Amor (definido como "el deseo de hacer el bien a los demás"). Por ello declara que en lo que respecta a las criaturas del universo, Dios es ante todo un Padre. Si bien tiene semejanzas con el cristianismo, no es una extensión ni una escisión de él. Presenta una nueva perspectiva de los dogmas de la trinidad y la divinidad de Jesús de Nazareth pero niega rotundamente otros como la virginidad de María, su inmaculada concepción, la doctrina de la expiación, el infierno, el purgatorio y la resurrección de la carne
Describe al universo como centrado en la "Isla Eterna del Paraíso", punto focal y morada eterna de la deidad. Informa sobre la existencia de un universo central, llamado "Havona", que envuelve a la Isla del Paraíso formado por mil millones de mundos organizados en siete niveles concéntricos. Tanto el Paraíso como Havona son co-eternos con la deidad, así como todos los habitantes nativos de ese universo central, los trascendentales.
En torno a este universo central giran siete supercreaciones del tiempo y el espacio, los siete superuniversos en proceso de creación y evolución. Cada superuniverso se organiza en diez sectores mayores, cada sector mayor en cien sectores menores, cada sector menor en cien universos locales, cada universo local en cien constelaciones, cada constelación en mil sistemas locales y cada sistema a su vez es integrado por hasta mil planetas habitados. Urantia es el planeta 606 del sistema de Satania en la constelación de Norlatiadek del universo local de Nebadón. Nebadón es un universo local del sector menor de Ensa en el sector mayor Splandón en el séptimo superuniverso, Orvontón.
Los siete superuniversos son creados a imagen de una de las posibles combinaciones de la trinidad, Padre, Hijo, Espíritu, Padre-Hijo, Padre-Espíritu, Hijo-Espíritu y Padre-Hijo-Espíritu y en cada uno de ellos se desarrolla primordialmente uno de los siete propósitos de la deidad, de los cuales el libro únicamente revela el desarrollado en nuestro superuniverso: la elevación de las criaturas humanas desde el nivel material de existencia hasta el nivel espiritual. Más allá de los siete superuniversos existen los llamados niveles del espacio exterior, donde se está acumulando y organizando materia pero donde aún no hay vida. Cada nivel es notoriamente mayor que el anterior en extensión y potencialidad de materia contenida.
La elevación y espiritualización de la criatura material es el propósito primordial de nuestro superuniverso y es el tema central de la revelación de Urantia.
El Libro de Urantia sostiene que cada ser humano en este planeta cuya mente sea normal -esto es que sea capaz de decisión moral- y haya cumplido los seis años de edad, está habitado por un fragmento absoluto cualificado del Padre Universal. Dios mismo reside en la mente de cada persona compartiendo todos sus pensamientos, sentimientos, alegrías, tristezas, temores y ansiedades como guía inspiradora de la personalidad, pero actúa únicamente cuando la criatura -haciendo uso de su libre albedrío- busca esa guía. Este fragmento residente realiza una copia de toda experiencia de la criatura que sea de valor espiritual y la mantiene para que sea parte integral de la criatura al despertar tras la muerte física.
Define el pecado como la oposición consciente y volitiva a la voluntad del padre y "la voluntad del padre" es -tal como es capaz de percibirla el ser humano- la suma de los más altos ideales; por ello vivir buscando hacer la voluntad de Dios es equivalente a esforzarse por vivir cada vez más en armonía con los más altos ideales de cada uno. La remisión de los pecados debe entenderse como el restablecimiento de las relaciones leales entre la criatura y su creador.
El Libro de Urantia augura un camino muy largo de perfeccionamiento y espiritualización para transformar a la criatura material en un espíritu exaltado, más de quinientos niveles pre-espirituales y mil millones de escalas en el camino espiritual antes de alcanzar al Padre; pero una vez alcanzado la criatura material se habrá convertido en la única criatura del universo que conoce todos los posibles niveles de existencia por experiencia vivencial propia.
El libro incluye temas como historia, sociología, paleontología, arqueología, evolución y otros muchos que hacen al marco conceptual total del libro. Sostiene la existencia de una vastísima organización universal creada en gran parte para fomentar la evolución de las criaturas materiales hasta el nivel de perfección paradisíaca, basando fundamentalmente esa evolución en la experiencia personal de la criatura.
Críticas científicas
Críticos escépticos como Martin Gardner y otros, ven en el Libro de Urantia un claro reflejo de los postulados científicos de la época en que fue escrito, algunos de los cuales han sido identificados como incorrectos por avances posteriores a su publicación. Estos errores son considerados una prueba incuestionable de que esta obra no puede ser obra de seres superiores, sino de seres humanos de los años 20-40.
Estas son algunas de las afirmaciones científicas del Libro de Urantia que han sido demostradas falsas por la ciencia posterior:
La formación del Sistema Solar que describe el libro refleja la hipótesis planetesimal de Thomas Chamberlin y Forest Ray Moulton, popular a comienzos del siglo XX, pero que fue descartada ya en los años 40 por el argumento de Henry Russell de que era incompatible con el momento angular de planetas como Júpiter. La teoría científica actualmente aceptada para el origen del Sistema Solar se basa en la hipótesis de la nebulosa protosolar.
La edad de la Nebulosa Andrónover (origen de nuestro sistema solar según el Libro de Urantia) es de 875 mil millones de años (LU-P.652,p.3). El universo realiza un movimiento periódico de expansión y contracción ("respira") en ciclos totales de 2 mil millones de años (LU-P.124,p.2). La teoría del big bang ni siquiera se menciona.
Se propone la existencia de una partícula elemental llamada "ultimatón". Cada electrón estaría compuesto de 100 "ultimatones". Esta partícula no aparece mencionada en ningún texto científico, y entra en clara contradicción con los descubrimientos modernos de la física y con los principios éticos del mismo libro, pues no se permite revelar ciencia "no ganada".
Algunas especies, afirma el Libro, evolucionaron repentinamente como resultado de mutación, sin formas de transición. Una teoría de ese tipo fue propuesta por el botánico holandés Hugo de Vries, pero se basaba en interpretaciones equivocadas de los hechos, y pronto perdió toda credibilidad.
La idea de evolución que impregna el libro es manifiestamente no darwiniana y marcadamente teleológica, defendiendo la existencia de un "supercontrol de la evolución" por parte de seres espirituales.
Los "Portadores de Vida", según el LU, implantaron la vida hace 550.000.000 años. Rocas encontradas en Isua (Groenlandia) demuestran la existencia de desequilibrios isotópicos causados por actividad fotosintética hace 3.700.000.000 años.
Según el Libro existen diez planetas en el Sistema Solar. En la actualidad el número de planetas según la International Astronomic Union (IAU) es de ocho, sin incluir al ex-planeta Plutón y demás planetas enanos.
El origen geográfico de las razas humanas. El Libro de Urantia afirma que los primeros seres humanos se originaron en el subcontinente indio, cuando las pruebas demuestran fehacientemente un origen africano.
Según el Libro, diversas razas humanas multicolores fueron creadas repentinamente en una generación y en una misma familia, dando lugar a hermanos y hermanas que cambiaban de color (azul, amarillo, rojo, verde, naranja e índigo) al exponerse al sol. Sus descendientes adoptaron el color paterno. Más tarde, Adán y Eva produjeron una raza violeta. Según este relato, las razas azul amarilla y roja son consideradas "primarias", mientras que la verde, naranja e índigo son secundarias. Las razas verdes y naranjas se extinguieron, y las demás se mezclaron con el tiempo. Evidentemente, la teoría de la evolución moderna y los conocimientos aportados por la arqueología y por la moderna técnica de análisis de ADN refutan esta narración. Además, el hecho de que la raza más oscura (los "índigos") sea considerada inferior (aunque "iguales a los ojos de la divinidad"), puede interpretarse como un resto de racismo sureño.
El Libro de Urantia se une a la idea dominante en su época de que el planeta Mercurio siempre ofrece una misma cara a la luz solar. En 1965, la radioastronomía permitió descubrir que Mercurio en realidad rota rápidamente.
El Libro afirma que el eclipse solar de 1808 fue predicho por el profeta amerindio Tenskwatawa. En realidad, el profeta había predicho el eclipse para finales de abril de 1806, y tuvo lugar el 16 de junio de ese mismo año.
En respuesta a estas críticas, los seguidores del Libro de Urantia adoptan diversas actitudes. Sus lectores más fieles confían en que con el tiempo todas las afirmaciones contenidas en el Libro se demuestren como verdaderas, aún contradiciendo lo que el mismo libro dice; otros lectores aceptan muchos de estos errores y rechazan la utilización del Libro como fuente de saber científico.
Por otra parte, algunos avances científicos producidos entre 1925 (fecha supuesta de la primera redacción) y 1955 (fecha de la primera edición), y que sí tienen cabida en el Libro, son presentados por sus seguidores fieles como prueba de su carácter profético, mientras que los escépticos sostienen que se trata de fragmentos añadidos durante el largo proceso de revisión y edición.
Respecto a este tipo de críticas científicas el Libro de Urantia declara lo siguiente:
Las leyes de la revelación nos frenan considerablemente debido a la prohibición de impartir conocimiento no ganado o prematuro. Toda cosmología presentada como parte de la religión revelada está destinada a ser superada en un período muy corto. Por lo tanto, los estudiantes futuros de tal revelación están tentados a descartar todo elemento de verdad religiosa genuina que pueda contener, debido a que descubren errores frente a las cosmologías asociadas que allí se presentan.
Críticos escépticos como Martin Gardner y otros, ven en el Libro de Urantia un claro reflejo de los postulados científicos de la época en que fue escrito, algunos de los cuales han sido identificados como incorrectos por avances posteriores a su publicación. Estos errores son considerados una prueba incuestionable de que esta obra no puede ser obra de seres superiores, sino de seres humanos de los años 20-40.
Estas son algunas de las afirmaciones científicas del Libro de Urantia que han sido demostradas falsas por la ciencia posterior:
La formación del Sistema Solar que describe el libro refleja la hipótesis planetesimal de Thomas Chamberlin y Forest Ray Moulton, popular a comienzos del siglo XX, pero que fue descartada ya en los años 40 por el argumento de Henry Russell de que era incompatible con el momento angular de planetas como Júpiter. La teoría científica actualmente aceptada para el origen del Sistema Solar se basa en la hipótesis de la nebulosa protosolar.
La edad de la Nebulosa Andrónover (origen de nuestro sistema solar según el Libro de Urantia) es de 875 mil millones de años (LU-P.652,p.3). El universo realiza un movimiento periódico de expansión y contracción ("respira") en ciclos totales de 2 mil millones de años (LU-P.124,p.2). La teoría del big bang ni siquiera se menciona.
Se propone la existencia de una partícula elemental llamada "ultimatón". Cada electrón estaría compuesto de 100 "ultimatones". Esta partícula no aparece mencionada en ningún texto científico, y entra en clara contradicción con los descubrimientos modernos de la física y con los principios éticos del mismo libro, pues no se permite revelar ciencia "no ganada".
Algunas especies, afirma el Libro, evolucionaron repentinamente como resultado de mutación, sin formas de transición. Una teoría de ese tipo fue propuesta por el botánico holandés Hugo de Vries, pero se basaba en interpretaciones equivocadas de los hechos, y pronto perdió toda credibilidad.
La idea de evolución que impregna el libro es manifiestamente no darwiniana y marcadamente teleológica, defendiendo la existencia de un "supercontrol de la evolución" por parte de seres espirituales.
Los "Portadores de Vida", según el LU, implantaron la vida hace 550.000.000 años. Rocas encontradas en Isua (Groenlandia) demuestran la existencia de desequilibrios isotópicos causados por actividad fotosintética hace 3.700.000.000 años.
Según el Libro existen diez planetas en el Sistema Solar. En la actualidad el número de planetas según la International Astronomic Union (IAU) es de ocho, sin incluir al ex-planeta Plutón y demás planetas enanos.
El origen geográfico de las razas humanas. El Libro de Urantia afirma que los primeros seres humanos se originaron en el subcontinente indio, cuando las pruebas demuestran fehacientemente un origen africano.
Según el Libro, diversas razas humanas multicolores fueron creadas repentinamente en una generación y en una misma familia, dando lugar a hermanos y hermanas que cambiaban de color (azul, amarillo, rojo, verde, naranja e índigo) al exponerse al sol. Sus descendientes adoptaron el color paterno. Más tarde, Adán y Eva produjeron una raza violeta. Según este relato, las razas azul amarilla y roja son consideradas "primarias", mientras que la verde, naranja e índigo son secundarias. Las razas verdes y naranjas se extinguieron, y las demás se mezclaron con el tiempo. Evidentemente, la teoría de la evolución moderna y los conocimientos aportados por la arqueología y por la moderna técnica de análisis de ADN refutan esta narración. Además, el hecho de que la raza más oscura (los "índigos") sea considerada inferior (aunque "iguales a los ojos de la divinidad"), puede interpretarse como un resto de racismo sureño.
El Libro de Urantia se une a la idea dominante en su época de que el planeta Mercurio siempre ofrece una misma cara a la luz solar. En 1965, la radioastronomía permitió descubrir que Mercurio en realidad rota rápidamente.
El Libro afirma que el eclipse solar de 1808 fue predicho por el profeta amerindio Tenskwatawa. En realidad, el profeta había predicho el eclipse para finales de abril de 1806, y tuvo lugar el 16 de junio de ese mismo año.
En respuesta a estas críticas, los seguidores del Libro de Urantia adoptan diversas actitudes. Sus lectores más fieles confían en que con el tiempo todas las afirmaciones contenidas en el Libro se demuestren como verdaderas, aún contradiciendo lo que el mismo libro dice; otros lectores aceptan muchos de estos errores y rechazan la utilización del Libro como fuente de saber científico.
Por otra parte, algunos avances científicos producidos entre 1925 (fecha supuesta de la primera redacción) y 1955 (fecha de la primera edición), y que sí tienen cabida en el Libro, son presentados por sus seguidores fieles como prueba de su carácter profético, mientras que los escépticos sostienen que se trata de fragmentos añadidos durante el largo proceso de revisión y edición.
Respecto a este tipo de críticas científicas el Libro de Urantia declara lo siguiente:
Las leyes de la revelación nos frenan considerablemente debido a la prohibición de impartir conocimiento no ganado o prematuro. Toda cosmología presentada como parte de la religión revelada está destinada a ser superada en un período muy corto. Por lo tanto, los estudiantes futuros de tal revelación están tentados a descartar todo elemento de verdad religiosa genuina que pueda contener, debido a que descubren errores frente a las cosmologías asociadas que allí se presentan.
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